Poder ver con mis propios ojos cómo la vida de un niño cambia cuando llegamos con nuestras campañas de salud visual y acompañar los equipos que van diariamente a las campañas de nuestro programa Ventanitas de Luz es una experiencia que impacta el alma y nos motiva a seguir sirviendo.
Textos: Morena Leiva. Foto: Cortesía
El Salvador es un país lleno de gente con un inmenso valor, pero desafortunadamente la realidad económica y la falta de oportunidades limita el desarrollo de personas saludables con una óptima calidad de vida.
Cambiando vidas. Carmen Elena y un grupo de mujeres empresarias fundó en 1989 la institución que en un principio tuvo como foco de atención el empoderamiento de mujeres líderes de hogar en las comunidades pobres, al tiempo de conocer sus necesidades notaron que los índices de enfermedades visuales eran muy elevados y mejor enfocaron sus servicios a la salud visual en general. “Como en todo trayecto hay obstáculos, pero la perseverancia y el positivismo son la llave para el éxito. Creo que como mujeres tenemos una fuerza única dentro que debe ser explotada, Dios nos ha dotado de virtudes que nos hacen especiales, debemos aprovecharlas y transformarlas en servicio hacia los más vulnerables. Esta es la mejor manera de aportar nuestro granito de arena, ser útiles y ayudar a cambiar la realidad de nuestro país”, comentó Carmen Elena.