Su empresa cuenta con 34 años de trayectoria, mientras que su Fundación Éxodo lleva 20 años restaurando la vida de niños en riesgo.
Por: Karla Chicas / Fotografía: Ricardo Siliézar
Proveniente de una familia de constructores, ya que su abuelo fue albañil y carpintero, Patricia estaba segura desde un principio que lo suyo no eran las ciencias sociales, sino la física y las matemáticas. Dispuesta a incursionar en un mundo que aún estaba dominado por los hombres, estudió ingeniería, siguiendo los pasos de su tío. “Ser una mujer en un mundo de hombres es una bonita experiencia. Las mujeres hacemos la diferencia en los lugares que nos toca estar”, indica.
La perseverancia, el trabajo en equipo y la fe han sido las bases de su camino, y fue así como en 1982 creó la empresa Avance Ingenieros S.A. de C.V., donde funge el papel de presidenta. De la misma forma, así como Dios ocupa el primer lugar en su vida, lo que más satisfacción le provee es lo que puede hacer por los demás, a través de su fundación Éxodo, donde se le da una segunda oportunidad a los niños en situaciones de riesgo para que tengan una vida plena y exitosa. “En la vida uno puede lograr grandes cosas. Las limitaciones solo las tenemos en la mente y las tenemos que derribar para poder salir adelante”, comparte.